lunes, 3 de mayo de 2010

Cuando el Divorcio es Inevitable


Cuando una persona se casa no repara en el hecho de que las expectativas frente a la vida pueden cambiar. Dos personas cuando están jóvenes pueden coincidir en la forma de ver el mundo. Pero con el pasar del tiempo pueden llegar a ser totalmente diferentes por muchos factores que la vida va presentando en el camino y terminar por no comprenderse. Viene entonces la crisis emocional, que se manifiesta de diferentes maneras.

También hay casos en los que las personas se casan o conviven juntos solamente por una atracción fundamentalmente física y como un compromiso de estos no es solamente la ternura física, sino también que conlleva responsabilidades, dentro de ellas están los hijos si estos llegan. Entonces llegan también los problemas, si en algún momento no existe la intención de alguno de no sacrificarse o dedicar de su tiempo para los hijos, sino que solamente quiere vivir el lado bueno de la relación conyugal. Aquí también surgen los contratiempos.

También pueden surgir problemas económicos, el agite de la vida por los compromisos de cada uno, la incomprensión de la afectividad son factores que hacen crítica la convivencia y convierten el hogar en un infierno a causa de las peleas y rivalidades de la pareja.

Cuando la vida en pareja se torna intolerable, aparecen los terapeutas de parejas, los psicólogos de familia, los abogados especializados en estos temas para trámites tanto emocionales, como legales que hacen parte del divorcio.

Estos trámites judiciales se acortan o se alargan de acuerdo con la voluntad que pongan las partes para colaborar en la definición de la situación. Lo óptimo es que la pareja participe y coadyuve en la separación o en el divorcio, cuando estén convencidos que lo mejor es quedar de amigos lejanos, en lugar de ser unos enemigos cercanos y permanentes. Los hijos en ocasiones son un obstáculo que algunos padres no superan, pero los especialistas en el comportamiento humano sostienen que los niños son los más afectados cuando se vive en un ambiente de conflicto permanente.

Hay personas con sólida formación cultural que piensan que las relaciones sentimentales exigen un nivel de seriedad, que los hogares se deben manejar con orden o se convierten en un contribuyente más para desajustar la sociedad. La sumatoria de las familias que hacen parte del tejido social, como un ladrillo en una construcción, forman la estructura sólida de una sociedad o de un estado, por eso hay que tomarlo con seriedad y amor.

Divorciarse es moda, dice la gente en sus comentarios cotidianos. “Continuar casado con una persona que no se ama es una perversión”, pueden decir otros tantos. La tradición o costumbre de vivir toda la vida con la misma persona ya no se mantiene, así haya hijos de por medio.

Por esto es importante tener muy claras las cosas cuando se va a tomar una decisión tan seria como el matrimonio o la convivencia en pareja y además pensar muy seriamente cuando hay hijos de por medio, para que ellos no terminen pagando las consecuencias de nuestras malas decisiones.

Medite bien el comportamiento y colaboración que usted ha tenido en su familia, nunca busque culpables por fuera, no se sienta la víctima, pero mucho menos el agresor, solamente mire en su interior cuál ha sido su aporte en el hogar y cuál puede ser el motivo de su separación o divorcio, así, siendo consciente de la situación puede ayudar y buscar la solución más sabia para seguir adelante.

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